sábado, 28 de marzo de 2009

Amarga despedida


Un frío día de invierno,
tu de mi te despediste,
aún recuerdo tu mirada,
nunca vi un mirar tan triste.

Con tus manos en mis mejillas,
y tus labios en los mios,
fundiéndose en suaves besos,
ante la mirada del gentío.

Entre lágrimas suplico,
que no me hayas olvidado
más no hay consuelo que me sirva
porque no estoy a tu lado,
mi tristeza no lo soporta
a tu corazón me has atado.
Ese frio día de invierno
tu tomaste el tren de ida
mi corazón se quedó roto

y mi alma dolorida.
-¿Qué mal hicimos Dios?-
mis sueños imploran tu regreso,
recordando tu partida.

Aquel frio día de invierno
tu azul mirada en mi posaste
y con tus pelos largo y lisos
parecías todo un ángel,

y con delicadeza y ternura
con tus brazos me rodeaste
-te quiero vida mia-
con tu voz me susurraste
-que sepas que aunque marché,
no dejaré nunca de amarte-.

Y con lágrimas en los ojos,
en silencio me abrazaste,
en silencio me besaste
y en silencio te marchaste.

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