domingo, 29 de marzo de 2009

Nunca te olvidaré

Todo cuanto te quiero yo,
no se expresa con palabras,
solo es un continuo grito,
que está dentro, dentro,
de mi frágil alma;

tu ahora estás en paz,
ya no sientes dolor,
tu alma está descansando,
ya no late tu corazón;

el deseo de estar a tu vera,
me hace a ti dependiente,
mi cuerpo, brazos, ojos,
necesitan tu calor, mis dulces rojos,
tus besos ardientes;
sin ti mi alma está vacia,
solo exite el sufrimiento,
mi cuerpo está vivo,
pero mi corazón muerto;

quiero cruzar la luz, para estar junto a ti,
cuidarte y quererte y mimarte,
y estaría junto a ti;

no puedo dejar de quererte,
¿te has ido de mi lado?
no me resigno a olvidarte,
no me resigno a perderte.

La noche

La oscura noche que ilumina mi alma,
hace del olvido un amigo cercano,
hace de mis pensamientos y tristezas,
a la vez de agradables, muy lejanos.

La oscura noche que trae consigo,
seres y más sombras extrañas,
que nos liberan y nos abrazan,
que nos quitan e odio de las entrañas.

Sombras que me recuerdan a tu pecho,
que me hacen pensar en tus labios,
aquellos que besaba y yo sentía,
pues mi cuerpo era su hogar... mi fantasía!!

Noche tras noche yo te espero,
un castigo fue el perderte,
en las sombras de mi cuerto me imagino,
que tu llegas y que al fin yo vuelvo a verte.

Pero la noche traiciona todos mi sueños,
y las sombras me vuelven a engañar,
no estoy contigo acurrucada en tu regazo,
ni mi cuerpo con el tuyo se fundirá.

Y aún siendo la noche la creadora,
de esas sombras que me traen tus recuerdos,
es también mi amiga desde hace años,
pues con ella me olvido de mis penas,
menos de una...la que fue tu desengaño.

sábado, 28 de marzo de 2009

Amarga despedida


Un frío día de invierno,
tu de mi te despediste,
aún recuerdo tu mirada,
nunca vi un mirar tan triste.

Con tus manos en mis mejillas,
y tus labios en los mios,
fundiéndose en suaves besos,
ante la mirada del gentío.

Entre lágrimas suplico,
que no me hayas olvidado
más no hay consuelo que me sirva
porque no estoy a tu lado,
mi tristeza no lo soporta
a tu corazón me has atado.
Ese frio día de invierno
tu tomaste el tren de ida
mi corazón se quedó roto

y mi alma dolorida.
-¿Qué mal hicimos Dios?-
mis sueños imploran tu regreso,
recordando tu partida.

Aquel frio día de invierno
tu azul mirada en mi posaste
y con tus pelos largo y lisos
parecías todo un ángel,

y con delicadeza y ternura
con tus brazos me rodeaste
-te quiero vida mia-
con tu voz me susurraste
-que sepas que aunque marché,
no dejaré nunca de amarte-.

Y con lágrimas en los ojos,
en silencio me abrazaste,
en silencio me besaste
y en silencio te marchaste.